domingo, 27 de enero de 2013

Película “Oceans” ofrece mirada de peces sobre vida marina

La nueva película francesa “Oceans” no sólo permite a los espectadores imaginar que están nadando entre los peces, sino que también abre una ventana a experiencias bajo el mar llenas de emoción y peligro. Han pasado 50 años desde que el reconocido buceador y cineasta francés Jacques Cousteau rodara el documental “The Silent World” y los avances técnicos han hecho más fácil capturar la vida desde la perspectiva de un pez, afirmaron los directores de la cinta. “Inventamos todos estos dispositivos para ser peces entre los peces, para presenciar lo que hemos hecho con nuestro entorno y donde hay grandes grupos o polucion, para verlas como las ven los peces”, dijo a Reuters Jacques Perrin, uno de los directores. Hace más de 10 años Perrin lanzó “Microcosmos”, un premiado documental en el que narraba la vida de los insectos y ofrecía una inaudita mirada de cerca sobre las diminutas criaturas que viven entre la hierba. Gracias a las nuevas técnicas de cámara, “Oceans” ofrece violentas tomas sobre las guerras de los cangrejos araña, persecuciones de delfines a toda velocidad, imágenes de animales marinos cuidando de sus crías y acercamientos a criaturas maravillosamente grotescas, como el camote de nariz reticulada (Semicossyphus reticulatus). “Nuestras máquinas no abren con un personaje espectacular, sino con una intimidad con un animal que uno nunca ha visto hasta ahora y al que, sin más, tomamos cariño”, añadió Perran. Las nuevas técnicas incluyen meter cámaras en cajas especiales, permitir a los buceadores deslizarse junto a las rayas o nadar con grandes tiburones blancos. “Oceans” se rodó en santuarios marinos durante más de 70 expediciones por todo el mundo. Algunas de las escenas ocurren en un museo de especies extintas, lo que resulta más agobiante al saber que los animales murieron debido a la actividad humana. mostrar un gris complejo industrial en la costa. También puede verse a un tiburón atrapado en una red de arrastre, que es arrojado de nuevo al agua mientras sangra profusamente por donde se le había cortado una aleta, que se convertiría en una ‘delicatessen’. Puede verse al tiburón herido cayendo hasta el fondo, seguido por una nube de sangre. Sin embargo, Perrin es optimista sobre el futuro de los océanos. “El grito de esperanza es más fuerte que el de alarma”, afirmó. “El mar sigue siendo rico, lo hemos mutilado y lo hemos hecho sangrar, pero está ahí y si queremos, las cosas pueden empezar de cero”, manifestó.

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